Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare.
Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por dónde sea.
Porque todos, toditos tenemos algo para decir a los demás,
alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada.
EDUARDO GALEANO
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